Derecho a la Duda

Un ladrón que lleva años en su oficio es aprendido por la justicia, luego de un tiempo es liberado, pero nuevamente es visto en su mala fama como ladrón, que podemos deducir, que este sujeto – independiente de los factores que lo llevaron de nuevo a delinquir- no va a cambiar, pero si a este sujeto se encuentra con lo que algunos llamamos “luz de esperanza” que se muestre ante él y le de una nueva visión de su realidad, bueno no tan fantasioso la cosa esta, si no mas bien él trata de reivindicarse en su propia sociedad y/o comunidad, pero este ya de un tiempo de no cometer más delitos el sale a recorrer las calles de la ciudad como una persona de pocas oportunidades que trata de seguir adelante, pero este sujeto mira de reojo manos alzadas apuntándolo y bocas murmurando por detrás, él se inquieta, se siente cohibido por la situación, él sabe lo que ha hecho en su pasado pero el dice ¡basta!...

En su interior piensa que si decidió tomar otro rumbo a su mísera vida, a él solo le basta hacer buenas acciones – no por demostrar que puede, si no que le nace hacerlas- para ser esa persona que siempre debió haber sido.
Pero… a que va todo esto, a que uno puede cometer muchos errores siendo consientes y no consientes del hecho, siempre tenemos esa segunda oportunidad que es el derecho a la duda, del porqué hacemos mal las cosas de repente, siendo que podemos torcer esa decisión de arreglar dicho problema, como dije en un principio, no es por quedar bien con la sociedad o con alguna persona con lo que podamos tener algún problema, solo lo hacemos para bien personal, porque sabemos que eso está mal, solo eso.
Este pensamiento creo que debemos llevarlo bien presentes día a día para no juzgar mal a personas que si requieren de algún tipo de atención (no es que estén locos ni nada) social, y esto hay que tenerlo como herramienta cotidiana.
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